Innovar en los procesos de aprendizaje y hacer de éstos un elemento de engagement corporativo es clave para conseguir compañías diferenciales y competitivas.
La aplicación de metodologías basadas en el gaming consiste en el uso de elementos de diseño de “juegos”, pensamiento y mecánicas que se aplican a equipos de trabajo en contextos que no son lúdicos. Las empresas competitivas, cada vez más, hacen uso de las ventajas de la gamificación tanto en sus estrategias de marketing como en sus áreas de desarrollo del capital humano, contribuyendo a:
-La motivación y el rendimiento de los empleados.
-La mejora de las ventas.
-El aumento de los márgenes.
-La promoción del servicio ofertado.
-La reducción de los tiempos de respuesta.
Tanto es así que se están consiguiendo unos índices de retención de conocimientos excepcionales, con tasas de retención superiores al 82%. La rivalidad, el progreso mediante puntos, los retos, las misiones, las insignias, etc. hacen que los empleados participen de una manera activa y se interesen por adquirir los conocimientos para superar a sus contrincantes.
Recientemente realizamos un “juego” con 200 comerciales sobre un producto nuevo, quienes participaron mediante sus smartphones, tablets y equipos personales. A partir de una estructura de áreas de contenido e ítems por área, aprendieron a través de seleccionar la respuesta correcta en el menor tiempo posible.
Habitualmente un “juego” con una duración máxima de 5 días y 200 participantes genera entre 11.000 y 15.000 retos, con más de 100.000 cuestiones respondidas, con una tasa de retención de contenidos del 100% y un índice de participación del 100%.
Sin duda alguna, la metodología basada en el gaming conlleva índices de aprendizaje muy superiores a los modelos convencionales, algo que nos debe hacer reflexionar al plantear estrategias altamente motivadoras a los equipos de trabajo.