Un líder no siempre es sinónimo de directivo. Todos los directivos deberían ser líderes también dentro de su empresa, pero la realidad dice que esta regla no siempre se cumple. Un líder tiene carisma y sabe cómo hacer que sus empleados alcancen sus metas profesionales y las de la empresa a través de la motivación y de la iniciativa de cada trabajador.
Y un directivo que sabe liderar no sólo da órdenes, sino que se convierte en su propio mensaje: con su actitud da ejemplo de lo que quiere ver en sus trabajadores.
Cualquier profesional, independientemente de su puesto de trabajo o rango, puede ser un buen líder en algo, ya sea en una habilidad en la que sobresale, en cómo se comporta con sus compañeros o en cómo influye en mejorar el clima laboral de su entorno. Para incrementar tu liderazgo en la empresa, sigue estas claves:
- Enfoca tu atención en lo importante. Haz primero un ejercicio de priorización en cuanto a tus actividades e intensifica tu atención y tu presencia en las tareas en las que estés implicado en el momento. Hacerlo bien requiere de disciplina, preparación y empatía.
- Invierte en las relaciones y genera confianza. Las relaciones basadas en la confianza se mantienen hasta en condiciones difíciles. Cada interacción favorece los lazos entre ambas personas, y esto es saludable en aras de incrementar la confianza. Un líder inteligente alimenta sus relaciones oportunamente.
- Ayuda también al resto en su crecimiento profesional. No sólo te centres en incrementar tu liderazgo y tu crecimiento; si está en tu mano, favorece también el del resto. Tus compañeros o empleados no son tu competencia, sino tus aliados. En la empresa sois un conjunto y depende de todos el desarrollo de la organización tanto a nivel global como individual.
- Practica la escucha activa. Toma tiempo para escuchar variedad de opiniones en lugar de ocuparse sólo de dar la tuya. Un líder que se resiste a escuchar de manera activa a sus colaboradores corre el riesgo de fracasar. Las sugerencias, quejas, críticas y dudas deben ser escuchadas y tenidas en cuenta.
- Da las gracias. Expresar gratitud con tus compañeros o empleados es un aspecto esencial en el desarrollo del liderazgo. Valorar las habilidades, aptitudes y actitudes de las personas de tu entorno y agradecer cuando hacen cosas por ti o por el conjunto de la empresa es lo más poderoso que puede hacer un líder.
- Prepárate para lo conocido y estudia lo desconocido. La preparación adecuada te permitirá sobresalir en el presente, pero la previsión de lo próximo y desconocido, te hará destacar aún más. Lo inesperado exigirá de un gran liderazgo y la educación es la mejor protección contra la incertidumbre.
- Enfréntate a las decisiones importantes. El carisma te convierte en un líder interesante, pero enfrentarte a problemas y tratar de tomar las mejores decisiones te hacen un líder efectivo. Un líder sabe que los problemas no se solucionan solos si se delegan o se apartan a un lado. Enfrentarse a los problemas requiere de madurez y práctica, y estar preparado para estas situaciones marca la diferencia.
- Aprovecha el espacio en blanco. Tener la agenda ocupada y no tener nada de tiempo no siempre es sinónimo de ser mejor profesional Evita la trampa de llenar cada minuto de tu agenda y deja tiempo para las situaciones inesperadas y responder a las oportunidades. Es mejor comprometerse a menos y entregar más.
- Crece física y mentalmente. Los retos que le surgen a un líder son impredecibles y por ello se necesita fuerza física y mental para enfrentarte a ellos cuando surjan. Alimenta tu vida privada además de tu vida profesional, puede ser una gran bomba de oxígeno en momentos clave.